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A la hora de adquirir una vivienda debemos tener en cuenta una serie de aspectos fundamentales como son, entre otros, los siguientes: luminosidad, distribución, calidades en los materiales, zona, garaje, gastos fijos (comunidad, ascensor, calefacción central...) instalaciones adecuadas...
Las instalaciones de una vivienda:
Para disfrutar de todas estas comodidades necesitamos las instalaciones correspondientes de la vivienda. Son sistemas que llevan, distribuyen y evacuan del edificio materia, energía o información.
La mayoría de las instalaciones de una vivienda se estructuran de un modo similar:
- Red pública de suministro, bien sea de agua, gas o electricidad.
- Llegan a los hogares pasando por un contador que mide el gasto de cada vivienda.
- Se distribuyen los servicios mediante una red interna de suministro o de evacuación.
Los tipos de instalaciones más comunes son:
- Agua fría y agua caliente.
- Evacuación de aguas usadas.
- Evacuación de aguas de lluvia.
- Telecomunicaciones: radio, TV, sonido, video vigilancia, red telefónica o informática.
- Climatización (calefacción, ventilación y aire acondicionado).
- Instalación eléctrica.
- Instalaciones de gas.
Además actualmente puede completarse una vivienda con la domótica que cuentan con control automático de la vivienda como, por ejemplo, subir y bajar persianas automáticamente, encender y apagar luces, controlar el horno desde el móvil, avisarte de averías, etc.
La instalación del agua:
Es uno de los servicios que usamos con mayor frecuencia y por ello la instalación de suministro y evacuación de aguas de nuestra vivienda debe de estar en perfectas condiciones de estanqueidad y seguridad.
El recorrido del agua para llegar a las viviendas es el siguiente: desde los ríos y los embalses llega a las plantas de tratamiento donde se modifica la calidad del agua para que pueda ser consumida sin riesgo para la salud. Finalmente se transporta a las viviendas mediante una red de tuberías de hormigón (red de distribución).
En zonas áridas, como Almería, se usan mucho las desaladoras para abastecer tanto cultivos como a las personas.
Normalmente el agua de la planta de tratamiento se almacena en depósitos de agua o torres de depósito que se construyen en zonas elevadas con el fin de que el agua, por su propio peso, llegue con presión a las tomas de las viviendas. Ya que el agua tiene peso y ejerce presión (presión hidrostática).
Cuando el agua de los depósitos llega a las viviendas pueden darse dos casos:
- Que la presión sea excesivamente grande. En este caso se instalan válvulas reductoras
- Si es demasiado baja o inexistente se colocan bombas de agua o grupos de presión.
¿Por dónde pasa el agua por nuestra vivienda?
El conjunto de instalaciones encargadas de canalizar el agua desde la red de distribución urbana hasta las zonas de consumo de las viviendas se denomina instalación de fontanería:
El contador: mide el gasto de agua efectuado en la vivienda. Pertenece a la compañía suministradora de agua.
- Llaves de paso y válvulas de corte. Interrumpen el flujo de agua y aíslan una zona de la tubería en caso de avería.
- Tuberías: son de cobre o de materiales plásticos como el polipropileno y tienen distintos diámetros y grosores dependiendo del caudal que tengan que llevar y de la presión que soporten respectivamente.
El agua se distribuye por dos circuitos principales e independientes:
- De agua fría (color azul) con flechas que indican el sentido de circulación del agua.
- De agua caliente (línea roja). Funciona igual que la fría pero antes de ser distribuida, pasa por un elemento calefactor, que eleva su temperatura.
El elemento calefactor de agua puede ser:
- Calderas de gas (butano, propano...), gasoil o incluso de carbón.
- Calentadores o termos eléctricos, donde el calentamiento del agua se hace mediante una resistencia eléctrica en el interior de un depósito de agua.
- Por energía solar. El agua circula por una placa negra situada en el exterior y es calentada por el sol. Normalmente llevan un sistema de apoyo eléctrico para días nublados o fríos. Según la nueva normativa del código técnico de la edificación (CTE), todos los edificios construido a partir del 2008 deberán contar obligatoriamente con un sistema de aprovechamiento solar térmico para agua caliente.
El agua caliente también se usa para la calefacción de las viviendas.
¿Qué pasa con el agua que hemos usado?
El agua de lavadoras, lavavajillas, fregaderos, inodoros...debe ser canalizada a la red de alcantarillado para una rápida evacuación.
Al conjunto de tuberías y desagües que garantiza esa evacuación de las aguas sucias, y que impide el paso de los gases malolientes al interior de los edificios, se le denomina red de saneamiento.
Un elemento muy importante en la red de saneamiento es el sifón ya que evita la entrada de malos olores en la vivienda.Es un codo donde la propia agua de la instalación actúa como barrera de estos olores, proporcionando un cierre hidráulico.
El agua del alcantarillado debe ir a las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). Estas plantas de depuración tiene el objetivo de conseguir un agua limpia, de mejor calidad, que retorna al medioambiente, antes de su vertido a ríos o mar evitándose los malos olores y la contaminación de ríos y acuíferos.
Una depuradora ideal consta de elementos que criban, decantan, limpian y tratan el agua sucia. En depuradoras de gran capacidad, los lodos provenientes de la materia orgánica se podrían utilizar para abono agrícola, o para la obtención de un biogás combustible
Las aguas residuales pasan por dos pasos principales y un último paso opional:
- Pretratamiento y depuración primaria: En él se elimina materia orgánica e inorgánica (arenas, sedimentos, grava) de gran tamaño.
- Depuración secundaria: reduce la cantidad de materia orgánica presente en el agua acelerando los procesos naturales de eliminación de residuos.
- Depuración terciaria: si el agua no se vierte, sino que se reutiliza, se eliminan prácticamente todos los residuos sólidos que pudiesen quedar y se somete el agua a tratamientos químicos como la cloración, desnitrificación, eliminación de amoniaco, de fósforo, etc. para liberarla de impurezas tanto como sea posible y necesario.
- Una de separación de sólidos
- Otra de filtración.
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